El segundo titulo.
Como ha sido característico en la historia felina, los Tigres sufrieron rigurosamente de altas y bajas a lo largo de la década de los ochenta, debatiéndose entre el descenso y la gloria. Sin embargo, la cúspide la alcanzó la escuadra en la temporada 81-82 al alzarse con el título de Campeón de la Liga, la cual no llegó de manera fácil. Mucho tuvo que reñir el elenco dirigido por el técnico Carlos Miloc, aferrándose a la victoria en una final dirimida en un agónico desenlace de tiros de pena máxima frente a los Potros de Hierro de Atlante. Artifices de este título fueron nuevamente Tomás Boy y Gerónimo Barbadillo. Luego, entre campañas de grises actuaciones, los Tigres alcanzaron los cuartos de final en las temporadas 83-84 y 86-87 para salir rápidamente vencidos por Pumas y canarios de Morelia, respectivamente. Posteriormente, para cerrar el decenio de manera honrosa, acudieron a su segunda final de copa en la temporada 89-90 luego de coquetear dos años seguidos con el descenso. En esa ocasión cayó inexplicablemente, según muchos, por fallos arbitrales, ante los Camoteros del Puebla. En el partido de ida, Tigres vencieron por un contundente 2-0 en casa, pero en la vuelta, cuando la copa parecía destinada a los anaqueles del club regiomontano, Puebla arrolló con marcador 4-1 para titularse campeón.